En la era de las parejas que no son hasta que la muerte nos separe sino hasta que nos separemos, y en el contexto de la reformulación del amor romántico, la pareja y la maternidad impulsada por los feminismos, Seamos felices acá ofrece diez relatos cuya protagonista, recién separada y con un hijo a cargo, se reencuentra con esa mirada, cargada de estupor y de preguntas, que tantas veces está en el origen de la literatura.
La casa semivacía, la disputa por los despojos de una guerra, el sinsabor de los últimos desencuentros antes de la ruptura, los nuevos rituales de traspaso del hijo, van conformando un registro rabiosamente contemporáneo del amor, las relaciones y la familia. La inestabilidad se traduce en aventuras, citas, sexo, salidas nocturnas y una fuga hacia adelante pero el tiempo de los cambios —Vanina Colagiovanni, que es poeta, lo sabe muy bien— es lento, lentísimo, casi estancado, y debe saborearse como un veneno.

SEAMOS FELICES ACÁ. Vanina Colagiovanni. Pág.: 144. Ed.: Rosa Iceberg

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En la era de las parejas que no son hasta que la muerte nos separe sino hasta que nos separemos, y en el contexto de la reformulación del amor romántico, la pareja y la maternidad impulsada por los feminismos, Seamos felices acá ofrece diez relatos cuya protagonista, recién separada y con un hijo a cargo, se reencuentra con esa mirada, cargada de estupor y de preguntas, que tantas veces está en el origen de la literatura.
La casa semivacía, la disputa por los despojos de una guerra, el sinsabor de los últimos desencuentros antes de la ruptura, los nuevos rituales de traspaso del hijo, van conformando un registro rabiosamente contemporáneo del amor, las relaciones y la familia. La inestabilidad se traduce en aventuras, citas, sexo, salidas nocturnas y una fuga hacia adelante pero el tiempo de los cambios —Vanina Colagiovanni, que es poeta, lo sabe muy bien— es lento, lentísimo, casi estancado, y debe saborearse como un veneno.